¿Cuándo empezamos con la alimentación complementaria y cómo?




Os tengo que decir que no me resulta nada fácil escribir esta entrada.
A priori debe resultar sencilla: a tal mes, tal alimento; a cual mes tal otro,... pero es que no es así. Ya sé que es precisamente lo que esperáis, pero…
Os explico:
El tema de la alimentación infantil (como todo) está en constante revisión: lo que hoy se concluye que es “así”, mañana se ve que es “asá”.
Yo les digo a mis embarazaditas y mamás de la Educación Maternal que siempre cambiamos alguna cosa a propósito, para que no dejen de venir a las charlas en los embarazos posteriores, ja,ja,

¿Y qué se está cociendo ahora?
Pues ahora hay controversia en las fechas de introducción de los alimentos, sobre todo de los que son más alergénicos o están relacionados con la celiaquía.
Por un lado, están realizando estudios que concluyen: que retrasar la introducción de los alimentos más alergénicos ( el huevo y los frutos secos) no parece ser factor protector para la aparición de alergias a dichos alimentos, sino que es al contrario, que introducirlos tempranamente disminuiría esas alergias determinadas. Por otro lado, las conclusiones no son todavía suficientes para generalizar el cambio en las recomendaciones. Hacen falta más estudios.
¿Y por qué os lo cuento? Pues porque si la comunidad científica no lo tiene claro, no le deis vosotras tanta importancia a las fechas exactas en las que probáis con uno u otro alimento.

Venga, pero para las que les gusta más el orden:
  • ¿Cuándo?

A partir del sexto mes.

  • ¿Cómo?

Pues el orden de los alimentos no es importante en realidad, aunque si os resulta más cómodo y os quedáis más tranquilas, podéis pedirle a vuestr@ pediatra el listado de la introducción de los alimentos (aunque ya os digo, no es para seguirla a rajatabla, sino para daros una idea).

Lo importante es ir introduciendo uno nuevo cada tres días, para poder identificar si aparece una alergia a algún alimento determinado.

Las reacciones alérgicas a los alimentos aparecen enseguida, frecuentemente en los primeros 30 minutos tras la exposición. Alguno de los síntomas puede demorarse más, como por ejemplo los digestivos (una diarrea). De ahí la importancia de esperar tres días antes de la introducción del siguiente: para identificar cuál ha sido el causante de la reacción. Si le introducimos tres o cuatro alimentos nuevos en la misma comida, no sabemos cuál ha sido.
Los síntomas más frecuentes son : urticaria; hinchazón de los labios o párpados; enrojecimiento alrededor de la boca; manifestaciones gástricas como vómitos, dolor de barriga o diarrea; dificultad respiratoria,...
En caso de reacción, al pediatra de primaria si son leves y ceden enseguida o al  hospital si son más importantes.
Lo habitual es que vaya todo bien y a los tres días probemos alimento nuevo.

¿Por qué alimento empezamos?

Generalmente y por tradición se comienza por la fruta.
Pero igualmente podríais empezar con una verdura, un cereal, o cualquier otro alimento. El orden de introducción, como acabáis de leer, no importa. Es más un tema cultural.

Si empezáis por la fruta: la que os apetezca o tengáis en casa en ese momento. Es recomendable, eso sí, comenzar con las menos alergénicas. El melocotón, el kiwi y la fresa no los vamos a probar las primeras, pero las introducimos en breve, no hace falta esperar mucho más.

Por ejemplo, si comenzamos con manzana, a los tres días le añadimos la pera, a los tres días el plátano,...
La galleta NO es necesaria ni recomendable. Los niños deben habituarse al sabor de la fruta natural, no debemos endulzarla con azúcares añadidos. Esto pequeños detalles cuentan a la hora de establecer unos hábitos saludables y prevenir la obesidad infantil (enlace).

Igual con la carne y verduras. Vamos introduciendo cada tres días un alimento nuevo.

¿Qué carne probamos primero?

Pues os digo igual que antes: tradicionalmente se utiliza en primer lugar el pollo, se continúa con el pavo, ternera y por último cerdo y cordero. Pero podéis introducirla en el orden que creáis conveniente. Aunque sí es cierto que tanto el cerdo como el cordero contienen más grasa y el último produce más gases. Tened también en cuenta que últimamente se recomienda el consumo en de carnes blancas en mayor proporción que las rojas (aunque como todo, eso nos puede cambiar en un momento).

¿Y las verduras?

Lo mismo. A excepción de las verduras de hoja verde (espinaca, acelgas, grelos y col), que contienen muchos nitratos y el pequeño organismo de nuestro bebé no se encuentra todavía lo suficientemente maduro para metabolizarlos. Esperaremos un poquito más  para introducir la verdura de hoja verde (las guías de la asociación de pediatría actuales recomiendan al año) y el resto, ya sabéis, cada tres días.

¿ Y qué pasa con los cereales?

Que merecen mención aparte.
Por dos motivos: porque vamos a diferenciar entre los cereales sin gluten y los cereales con gluten y su momento de introducción y porque vamos a analizar qué tipos de cereales nos conviene más utilizar.

Los cereales sin gluten:
Vamos a comenzar introduciendo los cereales sin gluten, como todas sabéis.

¿Cuándo? A partir de los seis meses. Aunque en las lactancias artificiales se suele comenzar con ellos antes.

¿Cuáles son?: los más frecuentemente utilizados y conocidos son el arroz , el maíz y la avena. Aunque van ganando popularidad por sus propiedades la quinoa ( os aconsejo que la probeis), el mijo y el trigo sarraceno.

En cuanto a los cereales con gluten:

Ha habido mucha controversia con la introducción de los cereales con gluten: estudio científico que concluye que hay menor riesgo de celiaquía si el gluten se introduce antes; estudio científico que concluye que si se introduce después;que si se introduce mientras toman teta; que da lo mismo,... Y las vueltas que dará…
Pues tampoco os agobiéis. Introducid los cereales sin gluten, la fruta, verdura, carne, … y los cereales con gluten. Cada tres días alimento nuevo ¡y a los siete meses tienen que estar  ya chupando pan!.

Porque esa es la segunda parte: ¿por qué?, ¿por quééééééééé?, ¿por qué hay que recurrir a los cereales de bote si los tenemos en los alimentos que utilizamos todos los días?: un puñadito de arroz con pollo, un poquito de quinoa con las verduras, (en el caso de los cereales sin gluten) y unos macarroncitos o un cachito de pan (en el caso de los cereales con gluten). Lo tenemos tan fácil… y tan sano (sin todos esos azúcares añadidos)... Y chafaditos ¿eh?, ¡que noten grumos! .
Es uno de mis caballos de batalla...

¿Y las legumbres?

Es muy importante su consumo. Contienen proteínas de alto valor biológico a la vez que vitaminas y fibra.  En las recomendaciones clásicas no las veréis entre los alimentos que se recomiendan de los primeros ( se ha venido indicando su introducción entre los 10 y 12 meses) ya que la piel contiene una proteína algo alergénica.
Vamos a comenzar con legumbres sin piel (la podemos adquirir así en algunos supermercados o pasarla por el pasapurés).
Al poquito, ya las introducimos enteras.

¡El huevo!

¡Qué bueno está!, ¡Qué fácil nos es salir del paso con una tortillita francesa! y ¡Cómo les gusta!.
Y además,¡ vaya cantidad de proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales que contiene!.¡ Un alimento de diez! (si ya viene en tortilla de patata, qué podemos decir,mmmm….).

¿Cuántos huevos?:

Sabéis que hasta hace poco se reducía la ingesta recomendada de huevo a dos-tres huevos a la semana, por temor al aumento de colesterol.
Actualmente se considera que el huevo aporta tal cantidad de nutrientes importantes para la salud y que además, las grasas que aportan son beneficiosas, con mucho menos cantidad de grasas saturadas que otros alimentos de origen animal o vegetal.
Es por ello que las recomendaciones han aumentado a un huevo al día  ( a no ser que sean niños pequeños muy sedentarios, cosa extraña, por cierto). Incluso, en niños con mucha actividad física y mayores de 9 años, a dos huevos al día.

¿Cuándo lo introducimos?:

Ya hemos hablado de que la fecha de introducción está en revisión. Hay estudios que concluyen que la introducción del huevo antes de lo tradicionalmente recomendado reduce las alergias al huevo. También es cierto que se recomiendan estudios a un nivel mayor y que la Asociación de Pediatría no ha cambiado sus recomendaciones, aunque son muchos los pediatras que apoyan abiertamente la introducción temprana del huevo.

¿Entonces qué hacemos?

Pues si queréis seguir las recomendaciones tradicionales: a los 9 meses; si queréis seguir las nuevas corrientes, podéis introducirlo a partir del sexto mes.
Especial cuidado si vuestro bebé tiene piel atópica o existen antecedentes familiares de alergia al huevo. Pactadlo entonces con vuestro pediatra, ya que puede tener relación con la alergia al huevo.
Eso sí, de momento lo que no cambia (de momento) es la manera de introducirlo. Os la voy a contar a continuación.

¿Cómo introducimos el huevo?

Primero la yema. Bien cocida. La cortamos en cuartos y le damos al principio sólo un cuarto. Si no da síntomas de reacción alérgica, le continuamos con media yema. Si continúa sin reacción, la yema entera.
Si todo ha ido bien, introducimos la clara.
Aseguraos de que el huevo (tanto yema como clara)  está bien cocido, el huevo no debemos darlo crudo por riesgo de salmonelosis.
El huevo frito, pasado por agua, mayonesa o merengue, es conveniente esperar a que  tenga dos años por este mismo motivo.



El pescadito

¿Qué os voy a decir? Fuente de ácidos grasos y minerales muy valiosos. Imprescindible en la dieta
Seguimos con el patrón anterior de introducción.
Primero el blanco y a partir del año el azul. Evitamos los grandes, ya que llevan mucho mercurio ( atún rojo, emperador,...). Como en el embarazo.
Echad un vistazo a la entrada del pescado y el anisakis, puesto que las recomendaciones son las mismas para las embarazadas que para los niños.

Los lácteos

La leche de vaca la introduciremos al año por su alto contenido en solutos. Hasta ese momento la teta o la de fórmula.
El yogur se lo podemos dar antes del año (que no sean azucarados ni de sabores) y si lo tolera bien, el queso fresco.

¿Qué nos queda?

  • Los frutos secos: el peligro de los frutos secos es el atragantamiento y es alto. Los frutos secos aumentan su volumen cuando se humedecen, como sucede cuando toma contacto con las mucosas. Se puede quedar en la glotis y al aumentar su volumen, provocar la asfixia.
Cuidado con ellos. Si los dais antes de los tres años, que estén ya humedecidos y en trocitos, como en un bizcocho.

  • La miel: la miel no debemos darla en menores de un año. Puede ser fuente de Clostridium botulinum, que pueden formar esporas en el intestino del bebé y provocarle el botulismo infantil. La frecuencia no es muy alta pero lo suficientemente grave como para seguir las recomendaciones. Por el mismo motivo, la Agencia de Seguridad Alimentaria recomienda no consumir tampoco infusiones de especies vegetales.
  • La sal: NO añadimos nunca sal. No es necesaria.
  • Azúcar: ¡Como si vierais al demonio!, ja,ja. Merece una entrada aparte.

Y aquí lo dejamos, de momento…
¡Que disfruteis a vuestro bebé descubriendo el mundo de la comida!










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