Colecho

Colecho

El colecho se define como la situación en la que el niño duerme con un adulto, generalmente suelen ser los padres.

En España no se saben las cifras reales de las familias que practican el colecho, puesto que las madres que lo practican temen ser juzgadas y no suelen admitir que sus niños duermen o han dormido en sus camas. De hecho, es gracioso como en las charlas de Educación Maternal casi nadie refiere dormir con los niños, hasta que el ambiente se va distendiendo y cuando alguna mamá “confiesa” practicarlo, más de la mitad de las mamás presentes se animan a sumarse a la ¨confesión¨.

En nuestra cultura existe controversia acerca de la conveniencia de dormir con los hijos, sobre todo con los recién nacidos. No así en otras culturas, como en la japonesa, por ejemplo, donde el colecho es una práctica muy frecuente y asimilada por la población.

Os voy a resumir las razones más utilizadas para apoyar la postura a favor del colecho y la postura en contra.

Las posturas en contra de la práctica del colecho se basan, fundamentalmente, en la probabilidad del riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. La posibilidad de asfixiar al bebé por aplastamiento o sofocación con las sábanas y mantas.
Otro motivo aducido  por algunos sectores es la falta de intimidad de la pareja y la dependencia emocional que el niño pueda establecer con los padres.

Por lo contrario, los defensores del colecho, se basan el las cifras del aumento del número de lactancias prolongadas conseguidas en niños que duermen con las madres. Los bebés que duermen con la madre, hacen un mayor número de tomas nocturnas, con lo que se dan mayores picos de prolactina y  esto beneficia la instauración de la lactancia materna. Sobre todo las primeras semanas . La lactancia materna es elemento protector contra el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Aseguran, además, que en los países en los que se practica el colecho de manera habitual, las tasas de SMSL no son mayores, sino que son incluso menores. Los bebés que duermen con su madre, duermen en decúbito supino,boca arriba, que es la postura recomendada y cuando tiene hambre, encuentran solos el camino al pecho. Toman y sueltan el pezón  cada vez que lo necesitan y la madre, en la mayoría de los casos, o no se despierta o no lo recuerda, ya que la prolactina es relajante y continúa su descanso.

Entonces, ¿colecho sí o colecho no? Pues lo que decidáis vosotras estará bien. Y digo vosotras, las mamás que estáis agotadas después del parto, o peor, de la cesárea, las visitas, la anemia, el insomnio, etc. Porque, si bien es cierto que todo el mundo os va a dar su opinión al respecto, las que os tenéis que levantar por la noche cada dos horas, incorporaros, dar el pecho, poner al niños a eructar y cambiar el pañal (con lo que ya  han transcurrido prácticamente las dos horas y en breve volveréis a comenzar), sois vosotras.

Así que, si os decidís a meter al bebé en la cama, pues muy bien, pero eso sí, os voy a dar unas recomendaciones que deberíais seguir,para evitar riesgos innecesarios, NO hagáis colecho en los siguientes casos:

  • Si vosotras o vuestra pareja ha bebido alcohol.
  • Con bebés prematuros o de bajo peso al nacer.
  • En colchones blandos, de agua o sofás.
  • En situaciones de cansancio extremo.
  • Habéis tomado medicación sedante.
  • Si sois padres fumadores.
  • Si compartís cama con más personas, incluidos otros niños de la familia.
Os recomiendo también que si no os fiáis de que vuestra pareja  vaya a aplastar al bebé sin darse cuenta, situéis al recién nacido entre vosotras y la pared, y no os preocupéis porque vais a desarrollar un potente detector: cualquier alteración del bebé os hará despertar, desde el mismo momento del parto.

Si os decidís por no hacer colecho, pues bien también. Lo que sí se recomienda , en cualquier caso, es que el bebé debe dormir en la misma habitación que los padres durante los primeros meses. La cohabitación sí está recomendada por ambas posiciones. Existen unas cunas, a las que llaman cunas de colecho, que se acoplan a la cama  prescindiendo de una de las barreras, con lo que el bebé está prácticamente integrado, pero en su propio espacio. Recuerdo que, cuando nació mi primera hija, transformé su cuna en una cuna de colecho, (por aquel entonces no las vendían como tales) y también recuerdo que mi hija acababa en la cama y yo en la cuna…

Hoy no me voy a decantar por ninguna de las dos posiciones. Os repito que lo que decidáis será acertado.

Eso sí, os voy a confesar un secreto: la primeras noches de mi hijos, las han pasado enteras durmiendo sobre mí. Mi espalda, no os engaño, protestaba, pero han sido unos de los momentos más placenteros y más bonitos de mi vida. Os recomiendo que no os lo perdáis.


Comentarios

  1. Hola, es cierto lo de la "confesión", cuando sientes confianza. La pena es que no puedas decirlo abiertamente, como otras muchas cosas, sin sentirte juzgada. Y no solo te juzgan tu madre, tu suegra o la vecina, te juzgan los educadores o profesionales sanitarios. No todos, por supuesto, algunos informan y muy bien y te ayudan en las dificultades, pero sí muchos otros y no puedo entenderlo. Ocurre algo parecido con la lactancia al cabo de unos meses. A veces con 3 o 4 meses, alucinante, la preguntita de cuando vas a dejarlo. No os digo nada si haces lactancia prolongada... Ahí sí que te callas, porque se juzga tambien al niño. En tres años que llevo, imaginaos lo que he oido... Enhorabuena por el blog ;)

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